Las estadísticas acerca del maltrato físico de los niños son
alarmantes. Se estima que cientos de miles de niños han recibido abuso y
maltrato a manos de sus padres o parientes. Miles mueren. Los que sobreviven el
abuso, viven marcados por el trauma emocional, que perdura mucho después de que
los moretones físicos hayan desaparecido. Las comunidades y las cortes de
justicia reconocen que estas Aheridas emocionales ocultas pueden ser tratadas. El reconocer y dar
tratamiento inmediato es importante para minimizar los efectos a largo plazo
causados por el abuso o maltrato físico.
Los niños que han sido abusados pueden exhibir:
Una pobre auto-imagen
Reactuación del acto sexual
Incapacidad para depender de, confiar en, o amar a otros
Conducta agresiva, problemas de disciplina y, a veces,
comportamiento ilegal
Coraje y rabia
Comportamiento auto-destructivo o auto-abusivo, pensamientos
suicidas
Pasividad y comportamiento retraído
Miedo de establecer relaciones nuevas o de comenzar
actividades nuevas
Ansiedad y miedos
Problemas en la escuela o fracaso escolar
Sentimientos de tristeza u otros síntomas de depresión
Visiones de experiencias ya vividas y pesadillas
Abuso de drogas o de alcohol
A menudo el daño emocional severo a los niños maltratados no
se refleja hasta la adolescencia, o aún más tarde, cuando muchos de estos niños
maltratados se convierten en padres abusivos y comienzan a maltratar a sus
propios hijos. Un adulto que fue abusado de niño tiene mucha dificultad para
establecer relaciones personales íntimas. Estas víctimas, tanto hombres como
mujeres, pueden tener problemas para establecer relaciones cercanas, para
establecer intimidad y confiar en otros al llegar a adultos. Están expuestos a
un riesgo mayor de ansiedad, depresión, abuso de substancias, enfermedades
médicas y problemas en la escuela o en el trabajo. Sin el tratamiento adecuado
el daño puede perdurar de por vida.
La identificación y el tratamiento a tiempo son importantes
para minimizar las consecuencias del abuso a largo plazo. Los psiquiatras de
niños y adolescentes proveen evaluación comprensiva y cuidado para los niños
que han sido abusados. Pueden ayudar a la familia a aprender nuevas formas de
darse apoyo y de comunicarse los unos con los otros. Mediante el tratamiento,
el niño maltratado comienza a recuperar su sentido de confianza en sí mismo y
en otros.
Las palizas no son el único tipo de maltrato infantil.
Muchos niños son víctimas de abandono, de abuso sexual o de abuso emocional. En
todos los tipos de abuso infantil, el niño y la familia pueden beneficiarse de
una evaluación comprensiva y del cuidado de un psiquiatra de niños y
adolescentes.